¡Comfamiliar sí es de todos!

La Caja de Compensación de los risaraldenses representa un apoyo para muchas familias gracias a los servicios que brinda, incluso a quienes no son oriundos de nuestra tierra. Tal es el caso de Yvonne, una mujer venezolana de 45 años, quien emigró de su país con su esposo y sus dos hijos, ambos en difíciles condiciones de salud, uno de ellos con autismo y el otro con epilepsia. La situación era tan insostenible que ni medicamentos lograban conseguir, por tal motivo decidieron salir y empezar de nuevo.

Hace casi tres años, esta familia llegó a Colombia para iniciar una nueva vida en un país totalmente ajeno a su realidad. Al realizar las diligencias correspondientes para obtener el permiso de permanencia, el esposo de Yvonne quien ya se encontraba trabajando en una empresa que lo afilió a la Caja de Compensación, se enteró de la existencia de los beneficios que le correspondían como trabajador. A partir de ese momento, la familia empezó a tener contacto con Aportes y Subsidio, quienes le dieron la atención y asesoría necesaria.

Justamente cuando inició la pandemia fue el momento en que empezaron a recibir el subsidio familiar y según lo manifestado fue un apoyo muy gratificante para ellos como extranjeros. Resaltan además la calidez humana de los colaboradores de la Institución. ‘’Quienes forman parte de esta Empresa no solo se preocuparon por nosotros, sino que traspasaron la barrera de la parte laboral, aunque somos extranjeros, la persona que nos ayudó – Juan Ricardo – se puso en total disposición’’.

Para Yvonne y su esposo Asdrúbal lo más importante son sus dos hijos, Iván y Josué. Ella es una madre comprometida, tuvo que dejar la docencia para dedicarse por completo a ser la tutora de su hijo menor con autismo. ‘’Desde que nos levantamos nos ponemos a escuchar las clases, yo me siento a un lado de él y hago anotaciones, cuando los profesores terminan, yo le doy la clase de nuevo pero a su nivel, pasamos todo el día prácticamente en eso, él necesita mucho apoyo’’. Actualmente el único que labora es su esposo, para ellos el subsidio familiar es un alivio de las cargas económicas en estos tiempos.

Hoy por hoy el acompañamiento que realiza el asesor de Aportes y Subsidio a este grupo familiar es constante, aunque no lo conocen personalmente expresan que se sienten agradecidos con la empresa y afortunados de poder recibir los beneficios de Comfamiliar Risaralda. ‘’Nosotros tenemos esa mentalidad de que hay que hacer todo por los hijos y cuando Dios nos premia con estas situaciones hay que dar el doble, porque como nosotros decimos uno no nació para semilla, el día que nosotros faltemos hay que hacer todo lo posible para que mis hijos queden muy preparados y se puedan defender en la vida’’.