Santiago Figueroa Herrera, es un niño con Síndrome de Down que nació de ocho meses en Pereira, desde muy pequeño ha estado rodeado de personas que le han ayudado a superar la timidez, ya que antes no le gustaba hablar e integrarse con los demás. Desde que cumplió 20 meses hace parte del Programa de Atención a la Discapacidad PAD de Comfamiliar Risaralda y ha logrado ser más sociable.

Clarivel, la madre del menor revela que este proceso no ha sido fácil para ella porque está sola a cargo del cuidado de su hijo, pero el apoyo que le ha brindado el Programa ha sido fundamental, ya que le han permitido participar tanto a ella como a su hijo en talleres para aprender pautas de crianza, fortalecer normas y realizar terapias de estimulación temprana.

Santiago es un niño independiente de 7 años, todos los días come, se viste y se organiza solo, luego espera la ruta del colegio y cuando llega a su casa de nuevo almuerza y hace las tareas, sus amigos y familiares los reconocen como una persona amorosa, alegre y amigable.

Mediante el trabajo desarrollado en el PAD, el niño ha recibido fortalecimiento para las rutinas básicas y el desempeño en sus quehaceres, aprendió a ser más comunicativo, encontró su pasión por la música y además le gusta pintar y dibujar. Es importante destacar que en su proceso ha recibido acompañamiento psicológico, terapia ocupacional, hidroterapia recreativa, talleres de música y arte, que han promovido que su desarrollo sea efectivo.

Clarivel dice que tener un hijo con síndrome de Down es una bendición, ya que son niños de puro amor y vienen a repartirlo en cantidades, con quienes los rodean, ella orgullosamente dice: “La discapacidad lo tiene uno en la mente, porque es uno quien se encarga de imposibilitar a los hijos, ya que si uno se enfoca en que son capaces, son capaces”.