Hipertensión en el embarazo

Introducción

Los trastornos hipertensivos durante la gestación afectan hasta a un 10% de las gestaciones y comprenden un espectro que va desde la hipertensión crónica hasta la eclampsia. La preeclampsia (PE) es una enfermedad multisistémica caracterizada por la existencia de un daño endotelial que precede al diagnóstico clínico y afecta a alrededor de un 3% de las gestaciones en el mundo, con una importante morbimortalidad materna y no neonatal, principalmente debida a la necesidad de una finalización pretérmino de la gestación y a su asociación con el crecimiento intrauterino restringido (CIR). Además de las complicaciones iniciales, secundarias al bajo peso al nacer y la prematuridad, también hay un aumento de las complicaciones a medio y largo plazo en relación al desarrollo neurológico y otras patologías en la edad adulta de origen cardiovascular o diabetes mellitus (DM).

En los países desarrollados, la PE es la segunda causa de mortalidad materna. Cuando se investigan las causas de dicha mortalidad, se apuntan como la causa del desenlace adverso materno por un lado la falta de diagnóstico y, por otro, la falta de previsión de acontecimientos desfavorables en la mayoría de los casos. Todo esto pone en evidencia la falta de buenas herramientas diagnósticas cuando aparece un cuadro sugestivo de PE en la gestación.

La incidencia de la PE aumenta con el incremento global de la edad materna, la obesidad, las técnicas de reproducción asistida y las comorbilidades médicas que predisponen a dicha enfermedad, como la diabetes, la hipertensión y la enfermedad renal. Se estima que afecta a entre un 1-2% de los embarazos en nuestro medio. El 75% de los casos son leves y el 25% severos. Los casos de PE precoz son el 10% del total. Las consecuencias de la enfermedad no acaban con la finalización de la gestación, sino que las mujeres que han sufrido PE tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares durante toda la vida y se han postulado algunas recomendaciones específicas a estas mujeres para su prevención y diagnóstico precoz .

Recomendaciones trazadoras

1. Se recomienda utilizar el cociente albúmina:creatinina o el cociente proteína:creatinina o proteinuria en orina 24 horas para cuantificar la proteinuria en mujeres embarazadas en contexto de trastorno hipertensivo del embarazo. 

2. En pacientes con diagnóstico de hipertensión gestacional, se recomienda realizar los siguientes análisis de sangre: hemograma completo, función hepática y función renal en el momento de la presentación y luego cada una o dos semanas.

3. En mujeres con hipertensión gestacional, se recomienda realizar una ecografía para la evaluación del crecimiento fetal, del volumen de líquido amniótico y de la velocimetría doppler de la arteria umbilical en el momento del diagnóstico y, si es normal, repetir cada 2 a 4 semanas, si está clínicamente indicado.

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