Introducción
es una de las enfermedades crónicas más frecuentes de la infancia. A pesar de los muchos avances en el conocimiento de su fisiopatología y su tratamiento, aún hoy se acompaña de una morbilidad y una mortalidad muy significativas y representa un problema muy importante en términos de calidad de vida y costos de atención. A nivel mundial, afecta a cerca de 300 millones de personas, su prevalencia varía entre 2 y 20 % y su mortalidad se estima en 250.000 muertes al año. La Organización Mundial de La Salud (OMS) calcula que al año se pueden perder 15 millones de años de vida sana por discapacidad por asma.
Gran parte de la morbilidad y la mortalidad prevenibles producidas por el asma se deben a la demora en buscar o en obtener atención médica oportuna, negación del diagnóstico de asma, creencias erróneas sobre su naturaleza y tratamiento o un manejo inadecuado de la enfermedad. Esto último está asociado a la ausencia de conocimiento sobre el diagnóstico y el tratamiento del asma.
Recomendaciones trazadoras
1. En niños con edades entre 0 y 6 años, a nivel primario, la radiografía de tórax no hace parte de los estudios diagnósticos iniciales en ausencia de una indicación clínica. Se sugiere practicar radiografía de tórax en niños con sospecha de asma: en el momento del diagnóstico inicial si no existen radiografías anteriores,cuando se presentan signos clínicos sugestivos de otras enfermedades y cuando la forma de presentación es grave.
2. Se recomienda el uso de los corticosteroides inhalados en niños de todas las edades, incluyendo los menores de 5 años, cuando: Utilizan agonista beta-2 de corta acción tres veces o más a la semana, Presentan síntomas 3 veces o más a la semana, Presentan despertares nocturnos 1 vez a la semana. Se recomienda el uso de corticoesteroides inhalados en niños de 5 a 12 años y mayores de 12 años que han presentado una crisis de asma en el último año.
3. Se sugiere realizar espirometría en niños mayores de 5 años con probabilidad intermedia o baja de asma, antes y después de la administración de broncodilatadores. Si esta prueba es normal y persiste la sospecha clínica, se debe practicar la prueba de broncomotricidad con ejercicio.