Cefalea

Introducción

Las cefaleas (caracterizadas por dolores de cabeza recurrentes) son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso. Son trastornos primarios dolorosos e incapacitantes como la migraña, la cefalea tensional y la cefalea en brotes. También puede ser causada por muchos otros trastornos, de los cuales el consumo excesivo de analgésicos es el más común. Se calcula que la prevalencia mundial de la cefalea (al menos una vez en el último año) en los adultos es de aproximadamente 50%. Entre la mitad y las tres cuartas partes de los adultos de 18 a 65 años han sufrido una cefalea en el último año, y el 30% o más de este grupo ha padecido migraña. La cefalea que se presenta 15 días o más cada mes afecta de un 1,7% a un 4% de la población adulta del mundo. A pesar de las variaciones regionales, las cefaleas son un
problema mundial que afecta a personas de todas las edades, razas, niveles de ingresos y zonas geográficas.
En el Estudio de la Carga Mundial de Morbilidad, actualizado en 2013, la migraña por sí sola representó la sexta causa mundial de los años perdidos por discapacidad. Colectivamente, las cefaleas fueron la tercera causa. Las cefaleas imponen además una carga personal bajo la forma de intenso sufrimiento, menoscabo de la calidad de vida y costos económicos.

Recomendaciones trazadoras

1. El uso de los estudios de Neuroimagen debe limitarse a aquellos pacientes con migraña en los que esté indicada (primer episodio de migraña con aura, cambios no explicados en la frecuencia o intensidad, crisis de migraña con aura con manifestaciones focales no cambiantes en lateralidad ni en expresividad clínica, migraña con aura prolongada, migraña asociada a síncope, ansiedad o hipocondriasis del paciente).

2. El tratamiento preventivo tiene como objetivo fundamental reducir la frecuencia, intensidad y duración de las crisis y hacer que estas sean más leves y por lo tanto más sencillas de manejar. Iniciar el fármaco escogido con una dosis baja y aumentarla lentamente hasta que se observen efectos terapéuticos, se alcance la dosis máxima del fármaco o los efectos secundarios sean intolerables. El tratamiento preventivo puede tardar entre 30 y 45 días en mostrar su eficacia. Como norma general, ha de mantenerse un mínimo de 3 meses y un máximo de 9-12 meses.

3. El tratamiento con toxina Botulínica está indicado en n pacientes con intolerancia, contraindicación o falta de respuesta al menos a 2 fármacos preventivos (un ß-bloqueante y topiramato u otro neuromodulador) que se habrán utilizado a las dosis recomendadas y durante al menos 3 meses.

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