Introducción
Las leucemias son un grupo de desórdenes heterogéneos con características clínicas, histológicas, citogenéticas, moleculares y pronósticos diversos. El sistema de clasificación de las neoplasias hematológicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuesto en el 2008 y su actualización del 2016 describen las neoplasias hematológicas como entidades específicas partiendo del principio de que es posible clasificar las enfermedades en: las originadas en células de linaje mieloide o linfoide y las que se originan en células maduras o células precursoras. De esta forma, tanto la leucemia linfoblástica aguda como la leucemia mieloide aguda corresponden a enfermedades originadas en células precursoras y la leucemia mieloide crónica se relaciona con el grupo de neoplasias mieloproliferativas crónicas. La leucemia linfocítica crónica se agrupa dentro de las neoplasias de células B maduras y es considerada como una misma entidad con el linfoma linfocítico de célula pequeña.
En 2012 se estimaron 350.000 nuevos casos de leucemias en el mundo, que representan cerca del 3% de los casos de cáncer (sin incluir el cáncer de piel no melanoma). Las tasas de incidencia más altas se han observado en población blanca de los Estados Unidos y en Canadá. Sin embargo, por áreas geográficas no se observa una marcada variación en el riesgo como sí lo hay para otros tipos de cáncer. El número de muertes anuales por leucemias se estima en 265.471, que representa cerca del 3% de las muertes por cáncer. En la región de América Latina y el Caribe se presentan cerca de 29.000 nuevos casos anuales de leucemia, que representan el 2,7% del total de casos de cáncer esperados en ambos sexos.