Introducción
La Insuficiencia Cardiaca (IC) no es un diagnóstico patológico único, sino que se trata de un síndrome clínico caracterizado por síntomas típicos (disnea, inflamación de tobillos y fatiga) que puede acompañarse de signos como presión yugular elevada, crépitos pulmonares y edema periférico, causados por una anomalía cardiaca estructural o funcional que producen una elevación de las presiones intracardiacas o un gasto cardiaco inadecuado en reposo o durante el ejercicio. La identificación de la etiología de la disfunción cardiaca subyacente es fundamental para el diagnóstico de la IC, ya que la afección específica puede determinar el tratamiento. Normalmente, la IC está causada por una disfunción miocárdica, ya sea sistólica, diastólica o ambas. No obstante, las anomalías de válvulas, pericardio, endocardio, ritmo cardiaco y conducción también pueden causar o contribuir a la IC.
Recomendaciones trazadoras
1. Los diuréticos de asa intravenosos se recomiendan para todos los pacientes con ICA ingresados con signos/síntomas de sobrecarga de líquidos para mejorar los síntomas.
2. Se pueden considerar agentes inotrópicos en pacientes con PAS 90 mmHg y evidencia de hipoperfusión que no responden al tratamiento estándar, incluida la provocación de líquidos, para mejorar la periferia perfusión y mantener la función del órgano final.
3. Se recomienda la profilaxis de tromboembolismo (p. ej., con HBPM) en pacientes que no hayan sido anticoagulados y que no tengan contraindicaciones para la anticoagulación, para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda y embolismo pulmonar.