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Boletín

En tiempos de COVID19, Comfamiliar continúa ayudando a las familias risaraldenses

La pandemia por la que atraviesa el planeta actualmente no solo ha afectado la salud de miles de seres humanos, la economía mundial se ha venido abajo ocasionando despidos masivos por parte de las empresas que dejan sin sustento económico a las familias más vulnerables.

Este es el caso de la familia Bedoya Torres. El hombre del hogar, Jaime Alberto, luego de laborar por varios años en una compañía con sede en Santa Rosa de Cabal, fue alejado de su cargo, lo que ocasionó gran alerta pues es el encargado de llevar el alimento para su esposa y sus dos hijas.

“Mi esposo era el que trabajaba, pero ayer nos dieron la noticia que se quedó sin empleo, no niego que fue muy duro escucharlo, seguiremos esperando a ver qué pasa, pero sé que con la ayuda de Dios todo va a estar bien”, manifestó Luisa Fernanda Torres.

Afortunadamente para familias como la de Luisa existen instituciones, que aún en tiempo de pandemia, continúan brindando una mano amiga por medio de sus distintas áreas. Actualmente Comfamiliar Risaralda a través del programa de Atención Integral a la Niñez (AIN), del que hace parte Antonella, hija menor de Jaime y Luisa, continúa con el acompañamiento nutricional que a lo largo de 16 años le ha brindado a la primera infancia de las comunidades, lo que contribuye a la seguridad alimentaria de mujeres gestantes niños y niñas.

“Nosotros en el componente de salud del programa de Atención Integral a la Niñez de Comfamiliar Risaralda hemos entregado constantemente complementos nutricionales a los niños y niñas que tienen dificultades en su peso y talla. Ahora, ante la situación actual de la calamidad pública del COVI-19 y reconociendo las condiciones reales de vida de la familias beneficiarias del programa, se hace pertinente nuestro compromiso social con la primera infancia desplegando acciones que contribuyan al desarrollo integral que puedan garantizar los derechos de las niñas y de los niños”, manifestó Johanna Valencia, coordinadora del programa de Atención Integral a la Niñez.

Es así como 1349 familias risaraldenses ubicadas en distintos rincones de la geografía departamental, integrantes de la modalidad Comunitaria de AIN, recibieron esta semana un bono por valor de $72.000 que pudieron redimir en alimento de la canasta básica familiar, lo que se convirtió en todo un alivio para miles de personas que no tienen un trabajo estable y salían a buscar el sustento diario, pero hoy están confinados en casa.

“Desde antes de la cuarentena nosotros teníamos focalizados los niños y niñas con alteraciones nutricionales, íbamos hasta las casas y entregábamos directamente el complemento que tenía unas condiciones específicas desde lo nutricional, muy ligado a los lineamientos desde el ICBF. Ahora va a ser muy difícil lograr que las familias consuman estos mismos productos porque el tema de abastecimiento es muy complejo, lo que hicimos fue dejarles una lista de productos restringibles, cuando van a redimir el bono saben que no aplica para licores, cigarrillos, productos de aseo de hogar, jugos procesados, gaseosas, embutidos, electrodomésticos, todo lo que está disponible son productos de la canasta básica familiar que contribuyan con el estado nutricional de los niños”, acotó la Coordinadora de AIN.

 

Por ahora, y a pesar del despido del jefe del hogar, la familia Bedoya Torres conformada por Jaime Alberto, Tatiana, Antonella de 17 meses y Mariana de 11 años, quien también perteneció a Atención Integral a la Niñez, tiene la satisfacción de no solo tener alimentos para su nutrición, sino de contar con una mano amiga como lo es Comfamiliar Risaralda con sus programas de responsabilidad social.

“Estaré eternamente agradecida con Comfamiliar puesto que esta ayuda nos ha servido mucho y más en este momento que estamos un poco mal económicamente. Ellos cada mes, por pertenecer al programa, venían entregándonos una ración compuesta por varios productos para el componente nutricional de nuestros hijos. Con el bono nos recomendaron llevar esos mismos productos, yo compré los de primera necesidad para mi familia como lo son: arroz, panela, aceite, leche en polvo, leche líquida, atún, sal y azúcar. Gracias a Comfamiliar por cuidar de las personas menos favorecidas”, concluyó Luisa Fernanda Torres.

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